Según un exhaustivo informe elaborado por la reconocida Fundación Libertad y Progreso, basado en datos fidedignos de la Organización Mundial del Comercio, Argentina lidera en la región con la carga tributaria más alta en importaciones de bienes, tras la reciente expansión del impuesto PAIS.
Las estadísticas del organismo internacional, el arancel Nación Más Favorecida (NMF) promedio aplicado por la Argentina se ubicó en 13,3%, a lo que se suma una tasa estadística sobre las importaciones del 3% y la alícuota general del impuesto PAIS del 7,5%. De esta forma, el país se ubica con un impuesto promedio sobre las importaciones superior al 23%, el más alto en toda la región y entre los más altos a nivel mundial.
En comparación con el resto de América Latina, la Argentina ya se encontraba entre los países que mayores aranceles cobraban sobre las importaciones: 13,3% (promedio arancel NMF). Que se compara con un 15,1% en Uruguay (que cobra arancel y tasa consular), 11,1% de Brasil, 7,1% en México, 6,0% en Chile y 2,3% en Perú.
Si se compara con las principales economías desarrolladas la diferencia es aún mayor: en la Unión Europea el arancel promedio es de 5,1%, en Japón del 3,9%, en Estados Unidos del 3,3%, Canadá con 3,8% y en Australia del 2,4%. Además, estos países tienen una red de tratados de libre comercio que permite importaciones con arancel 0% de gran parte del mundo, algo de lo que la Argentina y el Mercosur carecen (la red de acuerdos comerciales del Mercosur alcanza a alrededor de 8% del mercado mundial).
Además, con los nuevos impuestos, la Argentina se acerca e incluso supera a los países con mayores aranceles a nivel mundial: Sudán (21,6%), Irán (20,1%), Túnez (19,5%), Argelia (18,9%) y Uganda (18,4%). Ajustando por poder adquisitivo, el ingreso per cápita promedio de los 20 países que más aranceles cobran sobre las importaciones es USD 7.959 (PPA), lo cual es un 30% del PBI per cápita argentino, 38% del ingreso mundial promedio por persona y 14,7% del promedio de los países de la OCDE, que están entre las economías más abiertas del mundo.
La política fiscal y su impacto
La medida que dio a conocer el lunes pasado el Ministerio de Economía -se gravó con el Impuesto PAÍS a la compra de divisas para la importación-, busca desincentivar la demanda de divisas en el mercado oficial de cambios. A su vez, el informe de LyP señala que la normativa “deja en claro la voluntad oficialista de apuntalar la recaudación tributaria” y “tiene un correlato negativo en términos de mayor proteccionismo, menor competencia interna y mayores precios para los consumidores”.
Los números, por lo pronto, muestran además un saldo negativo en la balanza comercial argentina. Según los datos publicados por el Indec, en el primer semestre se registraron importaciones por USD 37.897 millones, un valor que dejó como resultado una caída del 8,5% en relación al mismo período del año pasado, pero a su vez, superó por USD 4.387 millones al total facturado por las exportaciones en ese período (USD 33.509 millones).
Los autos terminados pagan un 45,5% de arancel total de importación, sumando todos los impuestos.
En lo que respecta a la carga tributaria por sectores, los mayores impuestos recaen sobre las importaciones de indumentaria, cuyo arancel de importación promedio es del 35,0%, al que hay que sumar el 7,5% de impuesto PAIS y 3% de Tasa Estadística, para llegar a un impuesto total del 45,5%. En el mismo nivel se encuentran los vehículos terminados, cuyo arancel de importación también es del 35,0%, salvo para los originarios del Mercosur y aquellos países latinoamericanos con los que Argentina tiene vigente un acuerdo comercial. Y en tercer lugar los lácteos, con un arancel promedio del 18,3%.
Respecto a los orígenes de importación, vale la pena recordar que los aranceles NMF no se aplican para las importaciones originarias de aquellos países con los que la Argentina tiene vigente un acuerdo de libre comercio o un acuerdo de preferencias parciales (Mercosur, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, Egipto, México, Perú, la Unión Sudafricana y Venezuela).
El panorama para fin de año
Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso consideró que “el gobierno persiste en su estrategia de llegar a diciembre con más impuestos y con deuda”. Desde su punto de vista, el más perjudicado ha sido el comercio exterior, que por su facilidad de cobro suele llevarse la mayor presión impositiva.
“Con esto, se ha profundizado la tendencia proteccionista de Argentina, encareciendo las importaciones, la competitividad y, en consecuencia, las exportaciones. No por nada la Argentina es un país que importa poco y también exporta poco”, comentó.
En vistas a futuro, Marí opinó que “abrir la economía” será imprescindible para moderar el impacto de los ajustes que hay que hacer el próximo año. “Sostener los impuestos y trabas sobre las importaciones más altos del mundo únicamente contribuirá a que el ajuste lo paguen los consumidores más vulnerables, que son los que no pueden visitar el exterior para comprar tecnología, ropa y otros bienes”, agregó.
Los especialistas advierten que el tipo de cambio oficial bajo fomenta las importaciones y provoca la sangría de reservas del Banco Central. REUTERS
Por su parte, Lautaro Moschet, economista de la misma entidad, indicó que “la decisión política de mantener el tipo de cambio oficial artificialmente bajo, controlado por el cepo, estimula la demanda de importaciones y aumenta la sangría de reservas del Banco Central”.
Precisamente, señaló, la necesidad de cerrar el acuerdo con el FMI y la presión que se impuso acerca de la acumulación de reservas, llevó al gobierno a tomar la decisión de encarecer las importaciones. “Esta ‘devaluación encubierta’ -en relación a la medida anunciada el lunes- favorecerá la recaudación tributaria y acercará al cumplimiento de la meta fiscal. Todo esto ocurrirá a expensas de un sector privado cada vez más reprimido y distorsionado”, apuntó.