El laboratorio del Senasa diagnosticó este jueves que las muertes de lobos marinos ocurridas en Necochea (Buenos Aires) y Puerto Loyola (Santa Cruz) se deben «a nuevos casos de Influenza Aviar Altamente Patógena (IAAP) H5», provenientes de «aves migratorias del hemisferio norte», lo aseguró Ximena Melón, directora nacional del organismo.
El Laboratorio Nacional del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) diagnosticó «nuevas muestras positivas a la enfermedad, las cuales fueron tomadas en lobos marinos (Otaria flavescens) encontrados muertos en el Puerto de Quequén, Necochea, y en el Puerto Loyola», se informó a través de un comunicado de prensa.
Melón, directora nacional de Sanidad Animal del Senasa, dijo a Télam que «es el mismo subtipo del virus que está circulando en Argentina, que es una influencia altamente patógena, y las aves son la especie más afectada».
«No habíamos tenido esta enfermedad antes y la tuvimos en febrero de este año a través de aves migratorias provenientes del hemisferio norte. Hay muchos casos en todos los países de Centroamérica, y finalmente llegó a Argentina, Chile y Bolivia».
Hasta la fecha, se habían atendido cuatro notificaciones en lobos marinos: las primeras dos resultaron negativas; la tercera, detectada en Río Grande, en Tierra del Fuego, Antártida e Islas de Atlántico Sur, fue el primer caso positivo en esta especie; y la cuarta, recientemente confirmada hace días en el Área Natural Protegida Punta Bermeja, Rio Negro.
Ayer tomaron otras muestras de lobos marinos que aparecieron muertos en Mar del Plata, Buenos Aires, y hoy en Puerto San Julián, en Santa Cruz.
De estos dos últimos sitios, las muestras aún no arrojaron resultados, ya que los estudios demoran unas 48 horas.
A raíz de la confirmación de los decesos en la colonia local de pinnípedos, como consecuencia de Influenza Aviar Altamente Patógena (IAAP), se procedió al cierre de la escollera sur de Necochea.
La hipótesis del organismo encargado de la sanidad animal es que «los lobos marinos contraen la enfermedad a partir de las aves silvestres enfermas», las cuales liberan el virus con sus excreciones.
«En las loberías hay mucho contacto entre aves marítimas y también con mamíferos marinos, la materia fecal está por todas partes distribuida», señaló Melón.
Si bien no está descrito a nivel mundial que el virus se contagie entre mamíferos marítimos, la especialista sostuvo que «es motivo de investigación, y estamos trabajando con otros países con los mismos hallazgos para determinar si hubo mutaciones del virus que se estén transmitiendo de mamífero a mamífero«.
Consultada sobre el contagio de lobos marinos a seres humanos, Melón negó esta posibilidad y aseguró que «los pocos casos que hubo a nivel mundial de gripe aviar estuvieron ligados a contacto estrecho y directo entre personas con aves enfermas».
Sin embargo, la directora de Sanidad Ambiental indicó que se realiza un seguimiento a las personas, rescatistas o personal de fauna, con posible contacto con los lobos marinos enfermos para constatar que no presenten indicios de contagio, y que «en ninguno de los casos se encontraron personas comprometidas» hasta el momento.
Por su parte, el laboratorio necochense de Senasa remarcó en un comunicado que, apenas conocida la situación, hace unos días, «la municipalidad de Necochea a cargo de Arturo Rojas, organizó una mesa interdisciplinaria en la que intervinieron diferentes áreas de la comuna, el Consorcio de Gestión de Puerto Quequén y la Prefectura Naval Argentina con asiento en Puerto Quequén, en un trabajo articulado con los organismos oficiales de incumbencia para llevar información científica, clara y precisa a la población».
De ese accionar surgieron distintas medidas tendientes a controlar la situación sanitaria, tales como la toma de muestras en los animales encontrados para determinar cuál fue la causa de su muerte.
Todos estos hallazgos y resultados se realizaron en el marco de las acciones de vigilancia y las medidas sanitarias que se llevan adelante en todo el territorio nacional para la prevención de la enfermedad, detallaron desde el Senasa.
Y agregaron que «dentro del protocolo de toma de muestras junto a las autoridades locales se identifica el lugar para el entierro de los animales muertos sospechosos para evitar cualquier tipo de contaminación o de contagio de otros animales o personas».
En ese sentido, Melón destacó las medidas que se toman apenas aparece la sospecha de influenza aviar: «Se notifica en las primeras 24 horas, Senasa revisa el lugar y toma las muestras. Los animales muertos se entierran para evitar tanto la contaminación del ambiente como en posibles aves que tomen contacto con el animal muerto, y se cierra la playa o la lobería afectada en ese momento para evitar el contacto de personas en ese momento».
Para la población en general, «se recomienda evitar tomar contacto con aves, no tomar contacto con animales que parezcan enfermos y que estén muertos, ni aves silvestres ni mamíferos marinos que se puedan encontrar en la playa», puntualizó.
Asimismo, recordaron a los productores, instituciones y público en general la importancia de notificar si se identifica elevada mortandad de especies susceptibles, signos nerviosos, digestivos y/o respiratorios en aves silvestres o aves domésticas comerciales o de traspatio.
Consultados por Télam si este tipo de enfermedades en mamíferos marinos afectan el estatus zoosanitario, desde el organismo aseguraron que ello no ocurre y que Argentina «se reconoce como país libre de Influenza Aviar Altamente Patógena en aves de corral».