FUKUSHIMA: EVALUACIÓN AMBIENTAL DE OIEA SOBRE LAS AGUAS RESIDUALES

Rafael Grossi, director de la agencia nuclear de Naciones Unidas, afirmó rotundamente que no hay base científica para restringir los productos de Fukushima, ofreciendo tranquilidad y certeza en un momento crucial para la seguridad alimentaria y la confianza en la ciencia.

El director de la agencia nuclear de Naciones Unidas aseguró este miércoles a representantes locales durante una reunión en Fukushima que los vertidos de aguas residuales radioactivas tratadas de la destrozada central japonesa han cumplido los estándares de seguridad y que cualquier restricción a los productos de la región “no es científica”.

En un encuentro con funcionarios locales y representantes pesqueros y empresariales de la zona, el jefe del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Rafael Grossi, aseguró que los vertidos se estaban llevando a cabo “sin impacto para el medio ambiente, el agua, los peces y los sedimentos”.

Grossi regresó a Fukushima por primera vez desde el inicio de las descargas de aguas tratadas en agosto. Su última visita a la planta fue en julio, tras la publicación de un informe del OIEA que preveía que los vertidos tendrían un impacto negativo insignificante.

El director de la agencia nuclear de Naciones Unidas, Rafael Grossi, indicó que “no hay ningún motivo científico para imponer restricción alguna a los productos procedentes de aquí”. (REUTERS)

Más tarde, un reporte más exhaustivo de la agencia concluyó que el protocolo cumplía los estándares de seguridad internacionales.

El potente sismo y el tsunami que remecieron la zona en 2011 dañaron el suministro eléctrico y las funciones de refrigeración de la central nuclear de Fukushima, lo que provocó tres fusiones y la acumulación de aguas residuales radiactivas.

Tras más de una década de labores de limpieza, el 24 de agosto la planta empezó a arrojar el agua luego de tratarla y diluirla en grandes cantidades de agua de mar, iniciando un proceso que se espera que dure décadas.

Los vertidos han contado con la oposición de grupos de pescadores y de países vecinos como China, que prohibió la importación de marisco japonés inmediatamente después del inicio del proceso.

En un encuentro con funcionarios locales y representantes pesqueros y empresariales de la zona, el jefe del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Rafael Grossi, aseguró que los vertidos se estaban llevando a cabo “sin impacto para el medio ambiente. (REUTERS)

No hay ningún motivo científico para imponer restricción alguna a los productos procedentes” de aquí, manifestó Grossi en la reunión celebrada en Iwaki, al sur de la central de Fukushima Daiichi.

“Es muy importante que esto se diga en este foro, aquí en Fukushima”, añadió señalando que la “dimensión política de esta actividad (…) ya que algunos países vecinos también están mostrando su preocupación”.

A pesar de los temores previos de que los vertidos pudiesen perjudicar más aún a la golpeada industria pesquera de Fukushima, su reputación a nivel nacional no se ha visto afectada.

El veto chino al marisco japonés afectó especialmente a los exportadores de vieiras de Hokkaido. El gobierno japonés habilitó un fondo de más de 100.000 millones de yenes (680 millones de dólares) que incluye compensaciones y otras ayudas, además de medidas para encontrar otro destino para las exportaciones.

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