Un ataque a balazos se registró en la esquina de Saladillo y 14 de Julio, donde un hombre fue herido y llevado a un hospital. Ante sus antecedentes penales, los investigadores están explorando diversas hipótesis sobre el ataque, sin descartar la posibilidad de un ajuste de cuentas.
Gustavo Salinas, un joven de 32 años, fue víctima de un ataque armado en Castelar sur, en la localidad de Morón, cuando recibió un disparo en el estómago desde un vehículo en movimiento.
Según informaron fuentes judiciales y policiales, el incidente no habría sido un intento de robo, sino un posible ajuste de cuentas, aunque las causas exactas aún se desconocen. El ataque ocurrió en las últimas horas en la intersección de las calles Saladillo y 14 de Julio. Tras el tiroteo, Salinas fue trasladado de urgencia al hospital René Favaloro de La Matanza por un conocido, donde fue sometido a una cirugía poco después de su ingreso.
Las autoridades están investigando el caso como un homicidio en grado de tentativa, bajo la supervisión de la Fiscalía Nº 2 de Morón. Los investigadores señalaron que los agresores dispararon sin mediar palabra y huyeron a gran velocidad, lo que refuerza la hipótesis de un ajuste de cuentas, de acuerdo a lo informado por el portal Primer Plano Online. La policía está recopilando imágenes de cámaras de seguridad y espera poder tomar declaración a Salinas, quien se encuentra en recuperación tras la operación.
Según consignaron, la víctima tiene antecedentes penales por diversos delitos, incluyendo abuso sexual simple, abuso de armas y resistencia a la autoridad. En abril pasado, fue nuevamente acusado por abuso de armas, lesiones y encubrimiento. Estos antecedentes podrían estar relacionados con el ataque, aunque las autoridades aún no han confirmado un vínculo directo. La investigación sigue en curso, y esperan que las pruebas recopiladas arrojen luz sobre los motivos detrás del ataque y ayuden a identificar a los responsables.
Un hombre en silla de ruedas mató a sangre fría a otro tras una discusión en Moreno. Luego, se fugó, con la ayuda de otras personas que presenciaron el asesinato. La secuencia del crimen fue registrada por una cámara de seguridad de la municipalidad.
El incidente ocurrió este domingo, alrededor de las 5:45 de la madrugada, en la calle La Plata, entre Carriego y Cataluña, cuando un Peugeot 505 rojo, con vidrios polarizados, se detuvo a mitad de cuadra. En ese momento, un hombre en silla de ruedas, identificado como Moya, era empujado por una mujer y acompañado por otro sujeto que vestía un buzo anaranjado, mientras caminaban por la vereda.
Los tres se disponían a cruzar la calle cuando, desde la parte trasera del vehículo, bajó un individuo identificado como Brian Rodríguez, quien los interceptó. El sospechoso, de 26 años, vestía una camiseta de Argentina, short deportivo y gorra blanca con la visera hacia atrás. Se acercó al grupo, saludó a la mujer con un beso, y luego entabló una breve conversación con el hombre del buzo naranja. Mientras tanto, el conductor del Peugeot los esperaba con las luces encendidas y el motor en marcha.
Durante la discusión, una quinta persona se sumó al grupo. De manera inesperada, y sin que nadie lo notara, Moya sacó un arma de entre sus piernas, apuntó directamente a Rodríguez y le disparó a quemarropa con una pistola 9 mm, disparando varias veces sin previo aviso. Rodríguez cayó al suelo de inmediato, quedando tendido de costado. Tras el ataque, Moya también disparó contra el vehículo, que aceleró para huir del lugar, según informó Semanario Actualidad.
El último joven en llegar al lugar se lanzó sobre el cuerpo, lo registró y extrajo un paquete blanco de entre sus ropas. En ese momento, un sexto sospechoso apareció corriendo y le dio una patada al herido, que seguía inconsciente en el suelo, mientras un octavo individuo se sumaba al grupo.
Posteriormente, todos huyeron, excepto la mujer, quien se alejó brevemente y luego regresó acompañada de otra persona. Se observa que lleva un celular con la pantalla encendida. Ambas se detuvieron junto al cuerpo, mirando en ambas direcciones, sin percatarse de la cámara que capturaba el violento incidente.
