Los comerciantes de la tradicional avenida Avellaneda, en el barrio de Flores, se quejan de la venta ilegal de los manteros, aseguran que en los últimos meses la actividad ilegal se ha acrecentado y que la zona se convirtió en “tierra de nadie” con conflictos que trascienden lo comercial.
La situación, aseguran, es de “caos”. A las veredas repletas de artículos ilegales, se suman situaciones de inseguridad con pungas y mecheras, peleas entre manteros por el espacio, trapitos que cobran entre $ 5.000 y $ 6.000 para poder estacionar en algún rincón, problemas de tránsito, quejas de los vecinos para circular por calles atestadas de gente y venta de comida sin ningún control sanitario.
Desde la Asociación de Comerciantes de la Avenida Avellaneda (ACOMA) emitieron un comunicado para cuestionar “la desidia” del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, debido a la falta de controles en la zona y por la “incontrolable expansión de la ilegalidad” que afecta gravemente a los comerciantes.